Historia de Rociana del Condado
Rociana del Condado se encuentra situada al sureste de la provincia de Huelva.
Limita al norte con los términos municipales de Niebla y Villarrasa, al este con Bollullos Par del Condado y Almonte, al sur con Almonte y al oeste con Bonares y Niebla.
Los primeros datos conocidos son de la época de los romanos. En esta etapa, denominaron el municipio con el vocablo Ponciana, cambiándose posteriormente por Roçiana y ahora Rociana del Condado.
Se han encontrado restos arqueológicos neolíticos, calcolíticos, romanos, visigodos y musulmanes. Las primeras referencias conocidas datan del 2500 a. C. y la constituyen dos escoplos o hachas de piedra pulimentada halladas en la cercanía de la carretera de Niebla, hacia el Alcornocal, que presentan características de la Cultura de los Millares.
En época romana Rociana estuvo habitada, encontrándose restos de sillería junto al arroyo de Calancha, restos de una necrópolis y hábitat situados en la zona del Alcornocal, al norte de la población y otros restos de menor importancia en la zona de las Verillas.
Las etapas históricas más conocidas, por la abundancia de datos, son la Medieval y la Moderna, etapas en que Rociana se halla en el radio de acción de Niebla y del Estado Ducal de Medina Sidonia.
Según los cronistas castellanos del siglo XIII, Rociana fue una aldea o facanía dentro del Reino Taifa de Lebra o Algarbe, con capital en Niebla, en tiempos del Rey Aben Mafot.
En 1262 las huestes cristianas de Alfonso X conquistaron esta capital y el territorio del reino Taifa pasó a pertenecer a los reinos castellanos, divididos administrativamente en los Concejos de Gibraleón, Huelva y Niebla, siendo este el más extenso y poblado, con multitud de aldeas, cuyos términos estaban difusamente delimitados. Rociana se beneficiará de todas las mercedes, prebendas y privilegios reales que se otorgaron para la repoblación de reinos recién conquistados y fronterizos con los musulmanes. Durante los siglos XIII al XV, la principal riqueza de Rociana fue la ganadería, seguida de cierta producción cerealística y vinícola, en contraste con la marcada ausencia de manufacturas e industria importantes.
En 1368 el Rey Don Enrique y en pago de los servicios prestados por Juan Alonso Pérez de Guzmán, le concedió el territorio del Concejo de Niebla, con el título de Condado, el primero que se creó en Andalucía.
Rociana gozará ahora de su propio gobierno, representado por el Cabildo o Ayuntamiento, compuesto por tres Regidores, dos Alcaldes, un Síndico Procurador y un Juez de Heredades, todos vecinos de Rociana, confirmados en sus oficios por los Condes y luego Duques de Medina Sidonia. La terna de los futuros gobernantes de Rociana era propuesta anualmente por el Cabildo, que tenía en cuenta la riqueza personal y veces que habían ejercido aquellos oficios los aspirantes. Ester primigenio gobierno municipal regia todos los aspectos sociales, políticos y económicos del pueblo, excepto en la administración de Justicia que correspondía al Corregidor del Condado, quien no obstante, podía ceder sus competencias a los Regidores en ciertos pleitos poco importantes. Con esta autonomía limitada que le confirió el gobierno municipal, Rociana inicio un nuevo periplo histórico característico; defendió los intereses generales del vecindario y mantuvo una pugna constante con los pueblos vecinos que trataban de ampliar sus territorios a costa del témino de Rociana.
Durante el Antiguo Régimen, siglos XVI al XVIII, Rociana asistió a una serie de transformaciones importantes de diversa índole que marcarían su devenir histórico, En primer lugar, se produjo un paso de una economía de dominio pastoril a otra de predominio agrícola que pronto la superaría sus bastos cultivos de cereales, viñedos y olivares. Los viñedos destacarán pronto entre los demás cultivos tras recibir un fuerte impulso por la demanda interior y de América y por la arribada de inversores de otras provincias españolas, principalmente de la Rioja y Las Vascongadas. La población en continuo aumento, se triplicó entre 1550 y 1636, lo que repercutió sobre el crecimiento del casco urbano y planteó la necesidad de nuevas tierras de cultivo, disminuyendo sensiblemente las dehesas, bosques y pastizales, unas veces con licencias de autoridades y otras, la mayoría `por la fuerza, a través de rozas ilegales.
En cuanto a temas religiosos, abundaron en Rociana, desde el siglo XVI, cofradías, hermandades, fundaciones piadosas y patronatos de legos, producto de donaciones económicas y de asociaciones de gremios profesionales y productores, cuyas funciones se realizaban en la iglesia parroquial, de la que se conserva un boceto del siglo XVI.
En este sentido, a fines del siglo XV, los frailes dominicos y a iniciativa del Padre Pedro Martín Calvo, levantaron el primer convento de esta orden regular en el Condado, sobre cuyos restos arquitectónicos está construida la Casa de Cultura de Rociana. Por expreso deseo del Duque, a partir de 1580, todo el Condado debía celebrar el día de Santo Domingo. Esta Celebración, junto con la del Corpus Christi, fueron las más importantes de Rociana hasta el siglo XVIII, que fueron sustituidas por las de San Bartolomé y la de Nuestra Señora del Socorro.
Desde el siglo XVIII, Rociana participó, junto con otros pueblos del Condado, en un movimiento generalizado de los Ayuntamiento por lograr su autonomía política respecto a Niebla y al señorío de Medina-Sidonia, apoyados por la acción centralizadora de la Monarquía Borbónica.
Pero Rociana tuvo que esperar a las disposiciones constitucionales de las Cortes de Cádiz y las de 1833, Ley de Señoríos, por las que fueron anulados definitivamente todos los Señoríos jurisdiccionales, iniciándose la nueva división administrativa y territorial que ha perdurado hasta nuestros días.
El importante desarrollo económico desde finales del siglo XIX hasta el primer tercio del XX provoca un desarrollo urbano paralelo. En este período se construyen bodegas, se transforma el caserío según las tendencias regionalistas y modernistas de la época y se producen los primeros baños de rocianeros en Mazagón. Pero con la aparición de la filoxera, el Condado sufre un retroceso económico sólo superado tras la creación de la denominación de origen Condado de Huelva y más recientemente con la aparición de cultivos como el fresón.
Actualmente, la extensión de su término municipal es de 7072 hectáreas, con una población de 6400 habitantes. Su economía se basa principalmente en la agricultura, con cultivos de la trilogía mediterránea (cereal, vid y olivo), generalmente de secano. El cultivo más extendido es el viñedo, con casi 2000 hectáreas de superficie, siendo uno de los principales productores de vino del Condado. A partir de los años ochenta ha irrumpido fuertemente una agricultura de cultivos bajo plástico, más tecnificada y de regadío. Entre estos nuevos cultivos cabe destacar por su importancia en mano de obra y en la economía de la localidad, el cultivo de la fresa y la frambuesa, sin olvidar los árboles frutales y otros. El municipio se encuentra en un suave promontorio próximo al arroyo de Calancha, si bien su orografía es bastante llana. Casi todo el término municipal se encuentra a una cota media de unos 100 metros respecto al nivel del mar, con pequeñas ondulaciones que conforman las vertientes de los arroyos que atraviesan su superficie. Sobre materiales detríticos arenosos poco compactados y con acusada pendiente, se observa un relieve de cárcavas modelado por la erosión de las aguas salvajes.
Referencias
Decreto 275/2002, de 29 de octubre, por el que se declara Bien de Interés Cultural, con la categoría de Conjunto Histórico, el sector delimitado a tal efecto de la población de Rociana del Condado (Huelva).
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