Peste negra en Gibraleón

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Desde finales de la Edad Media y durante toda la Edad Moderna, Europa sufrió uno de los azotes más terribles que ha tenido la Humanidad, la Peste Negra.

A finales del siglo XVI y principio del XVII, en España, hubo varias etapas de bastante gravedad a causa de este mal.

Según documentos del archivo Histórico de Gibraleón, esta localidad tenía el peligro de contagiarse de la infección por tres puntos diferentes. El primero, de los pueblos más cercanos. El segundo de Portugal por la visita de mercaderes que acudían para la compra y venta de esclavos. Y por último, del norte de Africa, ya que, el Marquesado tenía contacto con el océano Atlántico por las villas de Cartaya , playas de Punta Umbría y otras, y era visitado por corsarios berberiscos que desembarcaban para apoderarse de objetos de valores y personas para hacerlas.

Para protegerse de la peste, el concejo de Gibraleón tomó algunas medidas tales como poner guardas en las puertas de entrada a la población, barrer la calles y mandar arreglar las tapias que cercaban la villa. Tomadas estas medidas, no hay nada que indique la entrada de la peste en Gibraleón en los años 1569, 1579 y 1584, ya que, éstas medidas se fueron tomando en los años indicados y posteriores.

Procesión de San Roque, que se realiza el 16 de agosto, dentro de los actos de las fiestas patronales de Gibraleón

Hasta el año 1602 no hay noticia de que Gibraleón tiviese algún caso de peste negra, y que ocasionó problemas económicos, al no tener medios para la atención de los enfermos.


Como la peste pasó por Gibraleón sin causar muertes, los vecinos creyeron que había sido gracias a la intervención de San Roque al que se encomendaron con mucha devoción. El Concejo acordó dedicarles todos los 16 de agosto una fiesta perpétua, siendo la primera la de éste año de 1602.

Durante toda la Edad Moderna siguió apareciendo casos de peste en lugares más o menos cercanos y las autoridades cursaban avisos a todas las villas que pudiesen correr peligro de contagiarse.

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