Plaza de toros de Castaño del Robledo
La plaza de toros no se encuentra dentro del casco urbano como suele ser la norma, si no en frente del pueblo al otro lado de la pequeña ribera que en su tiempo posibilitó el regadío de las huertas. Pero esto no es su única peculiaridad.
En vez de construir el coso de nueva planta, se aprovechó el terreno al máximo. Las gradas de la plaza se apoyan sobre la ladera de una elevación; son de una pendiente pronunciada, muy altas, irregulares en planta y en número de gradas, según lo determina la adaptación a la topografía. Sus sillares y mampostería ciclópea insinúan un carácter ancestral, aunque sus características constructivas y formales la sitúan, a todas luces, en el siglo XIX, época de apogeo del pueblo. Los espectadores tenían pues la silueta de la villa como fondo. Este tipo de plaza de toros suele darse en lugares donde se celebra una romería o una fiesta campera pero es raro hallarlo cerca de una población.
En los albores del siglo XX se cortó parte de la plaza de toros al construir la carretera que une Castaño del Robledo con Jabugo. Aún se pueden ver los burladeros y las gradas según el estado de la vegetación. Asimismo quedan dos entradas desde la carretera al ruedo y dos puertas en la parte posterior que facilitaban el acceso del público desde lo alto de las gradas.
Actualmente el coso solo recibe visitas puntuales, organizado por excursiones turísticas de la zona, pero en algunas ocasiones se ha llegado a utilizar para celebrar capeas y toreo de salón en los meses de verano.
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