Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe (El Almendro)

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Interior de la iglesia de Ntra. Sra. de Guadalupe.

La Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe en El Almendro es de planta rectangular, correctamente orientada, aunque asimétrico, ya que el templo en sí queda emplazado respecto del eje longitudinal del mencionado rectángulo; no obstante, guarda la orientación litúrgica tradicional. En la distribución interna podemos distinguir la sala de oración, que ocupa casi todo el espacio, y las dependencias, que agrupadas en las fachadas sur y oeste, incluyen la torre, porches, sacristía, patinillo y baptisterio.

La iglesia es de tres naves, con cabecera bien diferenciada y constituida por el crucero y tres capillas en el presbiterio. Las naves están separadas por columnas de orden toscano, labradas en caliza grisácea del país; se elevan sobre pedestales de fábrica y están coronados por entablamentos independientes, de los que nacen arcos de medio punto con alfiz hacia las naves laterales, cubiertas con simples colgadizos. La nave central tiene bóveda encamondada, de generatriz semielíptica, con arcos fajones poco resaltados, que nacen de pinjantes situados en el lugar donde estuvieron los alfices de la nave central. Hacia los pies de dicho ámbito se sitúa el vestíbulo de entrada, cuyo nivel alto está ocupado por el coro, que se prolonga sobre la arquería norte para dar espacio a ala tribuna del órgano. Los pies de la nave colateral norte están ocupados por una capilla, mientras que el mismo espacio del lado opuesto contiene la torre-campanario.

El crucero se organiza a base de un orden apilastrado, bien constituido en cuanto a organización de cornisas y repetición de miembros. Se cubre con bóveda vaída en el tramo central, y cañones, con lunetos, en los tres brazos de la cruz. Las capillas laterales se cierran con bóvedas de aristas.

Todos estos espacios internos se manifiestan al exterior de forma muy simple y directa. La nave central y el crucero se elevan sobre los demás tejados, de los que sólo sobresale las buhardillas que ventilan el camaranchón de la nave central y la torre. Esta es del tipo habitual en Andalucía occidental: caña lisa, campanario con arcos y organización apilastrada y capitel de pirámide octogonal cubierto de azulejos. Remates de cerámica y la veleta completan el campanario.

En la actualidad la Iglesia se encuentra cerrada al culto esperando obras de mejora que no acaban de comenzar a pesar de que están firmados los protocolos de actuación que el Obispado de Huelva y la Junta de Andalucia mas los dineros que aporta la UE deberían ser suficiente para su apertura. Mientras tanto nuestro pequeño pueblo de El Almendro se desespera por no poder abrir las puertas de esta Iglesia, una obra de arte en nuestro Andévalo. En este escrito expondré los estudios llevados a cabo por la Universidad de Sevilla sobre esta Iglesia que cerrada tiene escritos de uno de los mayores arquitectos sevillanos del siglo XX.

La fachada principal presenta, con notable claridad las asimetrías de la planta. La torre, y un añadido poco afortunado que se loe hizo por una parte para alojar la maquinaria del reloj, rompen y emplazan todo un lado de la composición. La puerta es de arco rebajado, entre pilastras que sostienen un complejo entablamento dórico y sobre el que campea un frontón clásico recto para introducir el óculo que da luz al coro. Sendos remates de fábrica marcan los ejes de las citadas pilastras. Las puertas laterales llevan hueco adintelado con igual orden apilastrado que la puerta principal; en entablamento, en cambio, es toscano y muy simple. El frontón adopta forma de arco rebajado, con clave señalada. La composición; por la altura que alcanza, rompe limpiamente el alero del tejado que sobresale de éste.

Este templo ha sufrido multitud de obras, qu3e se ha ido integrando de forma limpia y elegante hasta darnos un conjunto muy logrado. Su espacio interno, claramente estructurado y con articulaciones bien resueltas, está soportado por elementos mudéjares y otros de tradición clásica.

La documentación existente revela que el edificio revela que le edificio tenía una armadura de madera, a principos del siglo XVIII, que fue renovada en 1703. Aunque el libro de visitas de 1778 se indica que la iglesia se concluyó sacada de cimientos, habrá once años, es decir, en 1767, lo cierto es que la obra de entonces debió ser de ampliación y reforma añadiéndosele el crucero y la cabecera, así como la decoración de pijantes. Años antes en 1762, el maestro mayor de obras del arzobispado, la evaluó en 100.000 rs. de vellón.

Entre 1802 y 1803 tuvo lugar la ampliación lateral del templo; descentraron el eje principal, así como la reforma de cubiertas. Las otras fueron proyectadas por el Maestro Mayor Santiago de Llosa. En resumen, puede concluirse que la base del trazado del templo pudieron construirse hacia el último cuarto de siglo XVI.

Bienes muebles

Saqueada en 1936, perdió sus 12 retablos y 43 imágenes, el portavoz del púlpito, un órgano, varios cuadros, entre ellos uno de la Inmaculada y otro de un Crucificado, además de todos los ornamentos y objetos de culto. En los brazos del crucero se conservan restos de pinturas murales; las más antiguas son las del lado del Evangelio, con temas florales y rocallas que deben datas de la época de ampliación del templo.


En la actualidad la Iglesia de N.S. de Guadalupe se encuentra cerrada al culto a pesar de los protocolos firmados entre el Obispado de Huelva, la Junta de Andalucia y los dineros dados por la UE. Si las obras se demoran la Iglesia se caerá entre la desesperación del pueblo, la indiferencia de los políticos y eclesiásticos y así nuestra Virgen de Piedras Albas tiene que ser honrada en una nave industrial.

Localización

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