Calle de la Iglesia (Zalamea la Real)
Formó en su primer tramo el núcleo originario del pueblo de Zalamea la Real. Se cita por primera vez en 1578, aún Zalamea del Arzobispo. En 1582, el comisario real entregó la vara nombrando a Juan Serrano, de la calle Iglesia como uno de los alcaldes ordinarios.
Se acordó, en 1983, llamarla por su antiguo nombre de calle Iglesia.
Contenido
Toponimia
Hace referencia al edificio mayor y más antiguo del casco urbano; la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, ubicada al inicio de esta vía pública.
Construcciones más relevantes
Iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción
Es, sin duda, el edificio más emblemático del casco urbano, junto con su torre. No consta la fecha de su construcción. En sus muros existen algunos materiales romanos aprovechados, y según se notifica en los paneles explicativos colocados a su alrededor, existió en el lugar un templo en la Edad Media y sobre sus ruinas se construyó la actual que data de principios del siglo XVI, continuando en sucesivas ampliaciones a lo largo de ese siglo y el siguiente: elevación de la torre, sacristía y coro.
Ya, a principios del siglo XVIII presentaba un estado ruinoso y el Ayuntamiento consignó una gran partida de sus presupuestos para su rehabilitación.
Quemada el día 19 de julio de 1936, se restauró en diciembre de 1937 con materiales de mala calidad, por lo que se tuvo que reconstruir en 1947.
Con la última reestructuración y restauración realizada por Bellas Artes a principios de la década de los setenta, desaparecieron de los muros del templo el encalado, una hornacina dedicada a la Santísima Trinidad y la Cruz de los Caídos, levantada en 1939. Se hizo una nueva restauración en 1988.
La iglesia y su entorno fueron declarados Bien de Interés Cultural en febrero de 1994 y, antes, Monumento de Interés Histórico, en 1992. En la actualidad, el Ayuntamiento ha requerido a la Delegación de Cultura para que proceda a una nueva y urgente restauración, pues al quitarse el enlucido, el deterioro por humedades es evidente y pone en peligro la estabilidad del edificio.
La Torre
Edificio unido incuestionablemente al devenir histórico del pueblo y anexo al templo parroquial. Podemos intuir su relación con una de las primeras calles del núcleo; calle Castillo. Si existió en la época musulmana o antes algún tipo de fortaleza o reducto defensivo que dio nombre a la calle mencionada, hemos de pensar que se habría erigido sobre la base de la actual torre. Suponiendo ya los cimientos, no podemos imaginarnos el primitivo templo medieval con un espigón para las campanas (de obligada presencia en los templos cristianos) tales como presentan las más humildes arquitectónicamente ermitas de San Vicente, San Blas, Pastora y Sepulcro.
Es decir, pensamos que la torre es coetánea o anterior a la iglesia, pero, por desgracia, pocas noticias recogemos de su existencia. Bajo la primera ventana de su cara sur aparece una fecha: 1606 ans (años). Pensamos que corresponde al inicio de su elevación a lo largo de la primera década del siglo XVII.
Algo más tarde, en 1653, se recoge una nota que nos habla de la existencia del reloj incrustado en una de sus caras. Otra calle originaria del núcleo urbano recibió su nombre por proximidad a la construcción: Calle Pie de la Torre se llamó originariamente la actual Don Manuel Serrano. De nuevo se necesita arreglar el reloj de la torre en 1728.
El Terremoto de Lisboa de 1775 hizo estragos en todos los edificios elevados de la provincia y la torre y la iglesia quedaron gravemente dañadas; se iniciaron las obras de reconstrucción en los años siguientes, elevando la torre hasta la altura actual y terminando en un chapitel octogonal decorado con azulejos.
Se sube al cuarto de campanas por una escalera pétrea de caracol y adosada a su lado oeste y cubierta por ladrillería. Su reconstrucción inutilizó un reloj de sol en granito colocado en la pasarela que da acceso a las bóvedas de la iglesia.
Don Juan Parfoury presenta un proyecto para colocar un pararrayos en la torre por 200 pesetas. El Ayuntamiento lo aprueba el 25 de julio de 1897 y, suponemos que en esos días se colocó. Anecdóticamente mencionaremos, por último, el izado de la campana mayor, en 1954, tanto por existir suficiente documentación fotográfica del evento como por estar aún grabado en la memoria de muchos zalameños setentones. De su conservación, decir exactamente igual que de la Iglesia: necesita una restauración urgente, ya demandada por las autoridades locales. La humedad del interior debido al deterioro de las mezclas que unen a ladrillos (que se deshacen con el tiempo) y las piedras que siguen el mismo camino (tal vez también por la contaminación ambiental) está dejando sus huellas en los primeros metros de su base.
Porche de la Iglesia
Como edificio exento y por necesidades de su finalidad, la iglesia parroquial siempre tuvo porche en sus dos puertas principales, como lugar de reunión de los feligreses antes y después de las ceremonias religiosas. El correspondiente a la puerta norte ha sido convertido en paseo público, al cual ya describiremos en su momento. El correspondiente a la puerta sur es el que ahora nos ocupa por estar integrado en la calle Iglesia. Tras la construcción del Cementerio Viejo y la reconstrucción de los alrededores de la iglesia, se aprovechó material romano para allanar el porche y separarlo de la calle.
Se reestructuró dicho porche, en 1956, colocando en su centro al año siguiente una fuente por donde fluía el agua recientemente canalizada y traída al casco urbano. SE inicia la pavimentación de la Plaza de la Iglesia, como la observamos en la actualidad, en 1975, trasladando la anterior fuente mencionada a la barriada del Rocío.
Lagar
En el folio 7 rev. Del legajo 594 donde se recogen los bienes de los eclesiásticos para aplicar la Única Contribución, en 1760, se cita una casa lagar en la calle de la Iglesia, siendo propietario de la cuarta parte el terrateniente Don Martín Alonso Bolaños.
Fachadas de casas solariegas
Aún se conservan en esta calle algunas fachadas que nos hablan de los siglos XVII y XVIII en Zalamea. Aunque muy transformadas, han podido subsistir en el tiempo gracias al acierto y conservación de sus sucesivos propietarios. Algunas presentan azulejos de la época y una, hasta la fecha de su reconstrucción: 1779.
Localización
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Bibliografía
Gómez, Adriano y Toti, Vicente. Calles de Zalamea. Historia de su desarrollo urbanístico Editorial nonplus. Zalamea, Huelva, España.
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