Los arochenos
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Subir es el perfume
de un nombre singular,
la altura se descubre
si empiezas a caminar.
Se llenan los ojos de historia,
de almena y murallas que contemplar
y una gente que es distinta
al resto de las demás.
El embrujo de los siglos,
capricho de la Humanidad,
enorme barrio castizo
que enamora al llegar.
Visita obligada es…
para estar más cerca del cielo,
allí cualquier extraño
es recibido como el primero.
Son amigos de lo sensible,
bondadosos con el ajeno,
es la forma de vivir
que tienen los arochenos.
Su infancia allí la forjaron
y lo llevan como estandarte,
todavía perdura en sus calles
el recuerdo a cada instante.
Porque la Torre es…
esa poesía que ama el poeta,
que la abraza y la medita
pero que nunca la encuentra.
Porque es la extraña belleza
que el sentimiento despierta
y no conoce fronteras
en sus acogedoras puertas.
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