José Daza
Don José Daza fué una interesante figura del toreo, todavía casi desconocida.
No hay tratado de tauromaquia que olvide su nombre. Se conoce su lugar de su nacimiento porque, orgulloso, él mismo lo puso en la portada de su libro “Escrito por Josef Daza, Natural y Vecino de la Villa de Manzanilla en el Reyno de Sevilla”. Aunque no se sabe la fecha exacta de su nacimiento (debido a la destrucción de los archivos parroquiales en 1936), si podemos decir que nació entre la primera y segunda década del siglo XVIII, en la calle Real, de Manzanilla, y en la casa que hacía esquina a la calleja que va desde la Calle Real a la del Ventoso. Sus padres tenían atahona.
Era la suya familia de sangre torera. Daza actuó durante treinta y dos años y llegó a ser el más famoso varilarguero de su tiempo. Actuó principalmente en Sevilla y en Madrid, de modo particular en las fiestas de toros celebradas con ocasión de juras reales o con asistencia de los Reyes. En 1937 en la Plaza de Madrid tuvo una cogida y en el apuro se le vino al recuerdo su Virgen del Valle (patrona de Manzanilla), habiéndola invocado, salió ileso de aquel peligro. Por este singular favor mandó pintar un cuadro con el suceso, para colocarlo en la ermita del Valle, como exvoto; el cuadro, hoy desaparecido, pudo ser obra de Goya, con quien Daza tuvo trato de amistad. Cuando Daza se retiró de las plazas fue a vivir a su pueblo hacia el último tercio del siglo XVIII, allá por el año 1970 hecho personaje y aureolado de fama: viene de la Corte de Su Majestad. Ahora en la plácida paz, en la vida sosegada del pueblo, se le aclaran los recuerdos, se alumbran de luz y color las memorias de los años pasados, y don José decide escribir sus recuerdos y experiencias; hará un libro sobre los toros y el arte de torear. La especial relevancia de este Señor con su mencionado manuscrito, ha provocado por parte de numerosos organismos, instituciones y universidades, un interés que ha culminado tras numerosos años de vicisitudes en la edición llevada a cabo por la Real maestranza de Caballería y el Servicio de Publicaciones de la Universidad de Sevilla, viendo la luz de esta forma los dos tomos del libro que en 1772 escribió Don José Daza apodado “El Varilarguero”. El manuscrito en su época tuvo mucha trascendencia, ya que las tauromaquias recogían su existencia y siempre la tuvieron presente.
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