Edificios religiosos de Almonte
Capilla del Cristo
Esta Ermita fue fundada en el siglo XVI bajo la advocación de San Sebastián y tuvo Cofradía que atendía a los cultos del Santo Mártir. En el siglo XVII se refundió con la cofradía de la Vera Cruz y por ello es conocida como Ermita del Cristo.
Esta Ermita fue construida por asociaciones religiosas creadas por los vecinos, la cual era mantenida por los hermanos Capellanías o donaciones de rentas y tierras. Lo cierto es que no poseía muchos bienes y el número de sus hermanos debieron ser escasos. En los últimos años del siglo XVII se refundió con la Cofradía de la Vera Cruz venerándose las figuras del mártir San Sebastián, la Dolorosa y Jesús Crucificado, de ahí que sea conocida por Ermita del Cristo. De la Hermandad de la Vera Cruz se desconoce la fecha de su fundación y el documento histórico más antiguo conservado se remonta al año 1603. En una pequeña casita al lado de la Ermita vivía el muñidor de esta Hermandad. En la procesión del Cristo de la Vera Cruz del Jueves Santo, sus Hermanos de Luz llevaban cirios encendidos y sus Hermanos de Sangre, desnudos de cintura para arriba, se disciplinaban hasta sangrar, por lo que eran conocidos por los azotados.
Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción
La Iglesia Parroquial de Almonte, obedece a dos estilos arquitectónicos diferentes. El barroco y el mudéjar.
El elemento mudéjar puede fecharse entre los siglos XIV y XV una vez repoblada la zona tras la conquista de Niebla ocurrida en 1262.
Se trata de una planta basilical compuesta por tres naves de arcos apuntados y techumbres de madera formando una armadura a dos aguas con ladrillos sin claraboyas. A los pies de la planta y en su lado derecho se ubica la capilla bautismal, con bóveda de crucería. En su interior y adosado al muro puede observarse una lápida romana del siglo IV d.C., hallada en los alrededores de Almonte junto con muchos otros utensilios de una villa y una necrópolis descubiertos en los años sesenta.
A principios del siglo XVIII se amplía la capilla mayor. Y tras el terremoto de 1755 la fachada y torres quedaron muy deterioradas.
Hacia 1780 se construye la parte barroca,obra de Antonio Matías de Figueroa. Su fachada principal presenta columnas con anillos,mixtilíneos aletones, perfila en esta parroquia almonteña.
La capilla del Sagrario y Ánimas, una frente a la otra son de planta cuadrada y techadas con cúpula semiesférica y linternas. En la del sagrario es digno de destacar la azulejería de los zócalos obra de Orce.
Su sacristía construidas con bóvedas de crucería que descansan en dos hermosas columnas centrales.
Referente a las torres,la más elevada está formada por un cuerpo de campanas, rematado por una cruz y veleta de forja, el cuerpo de campanas está decorado por unos sencillos estípides en forma de pilastras. La del reloj es más original formando un arco de medio punto que alberga el cuerpo de campanas.
Hay que resaltar también, aunque realizadas tras la guerra civil las interesantes pinturas murales al temple realizadas en 1948 por el maestro D. Rafael Blas Rodríguez y recientemente restauradas por su hijo. Se trata del más puro estilo del barroco dieciochesco realizados al temple. En el sagrario y en las cuatro pechinas de la cúpula se representan los santos patronímicos de los bienhechores de la capilla (la familia Cepeda) San Juan Bautista, San Ignacio de Loyola, San Carlos y San Bernardo. En la bóveda y entre volutas y angelotas toda una corte de Santos eucaristicos: Santa Clara, Santa María Micaela, San Antonio de Padua, San Tarsicio y San Pascual Baylón, en el arco de acceso San Estamislao de Cosca. Una espléndida cancela de forja gracias al esfuerzo de Doña Catalina Espinosa y una portada profusamente decorada cierra y remata esta hermosa capilla sacramental, cuya azulejería de Orce hacen de este lugar uno de los sagrarios más interesantes de la Diócesis onubense.
El crucero, coro y cúpula central también están decoradas con pinturas del mismo autor. Representan diversas escenas de la vida de Jesús y la Virgen, así como ángeles arcángeles,símbolos marianos y eucarísticos y heráldica de la villa.
Las imágenes de este templo parroquial procede de la postguerra, pues nada pudo salvarse en la contienda, ni imágenes, ni cuadros, ni retablos. Sólo la imagen de la Virgen de la Soledad data de principios del siglo XVII. Entre las imágenes podríamos destacar también el Corazón de Jesús del Sagrario y la Virgen de la Inmaculada (Titular de la Parroquia Ntra. Sra. de la Asunción).
Las hermandades ubicadas en esta parroquia, a parte de la Matriz de Ntra. Sra. del Rocío, están también la Sacramental-Vera+Cruz, Soledad y Santo Entierro de Cristo y el Gran poder, aportan interesantes imágenes. Referente a la pintura destacaremos dos óleos sobre tela de grandes formatos, uno de la Virgen del Rocío (Patrona de la villa) y el otro representando a la Santísima Trinidad.
Si los retablos y las imágenes de los siglos XVII y XVIII fueron destruidos en la guerra civil, no sucedió lo mismo con la colección de vasos sagrados y otros objetos de culto que afortunadamente pudieron salvarse, de los cuales destacamos un importantísimo Copón del siglo XV.
Este templo es el lugar que a lo largo de la historia de los traslados albergó a la sagrada imagen de la Virgen del Rocío según consta en más de cuarenta y cinco documentos de traslados a excepción de 1738 en que por motivos de obras tuvo que albergarse en el antiguo convento de Dominicas (hoy Ayuntamiento). En esta Parroquia siempre tuvo su sede la antigua cofradía de Santa María de las Rocinas, fundada en el siglo XVI y de la que hoy es heredera la Hermandad Matriz.
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