Pinares de Isla Cristina

De Huelvapedia
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Con el área recreativa a nuestra espalda, ve­remos el carril que nos va a marcar esta senda. Se trata de una zona boscosa, donde el elemento arbóreo es el dominante, destacando una especie: el pino piñonero Pinus pinea, asentado sobre are­nas cuaternarias recientes y con una estructura geométrica que delata su origen antrópico.

A pesar de que el pino ya existía en la co­marca desde la época de los romanos, se incrementó su número a partir de 1950 con el ob­jetivo de potenciar los múltiples usos y recur­sos que ofrece: construcción naval, recogida de la piña y posterior comercialización de los piñones, fabricación de carbón, la apicultura, etc.

Acompañando al pino piñonero podemos en­contrar también la retama Retama monosperma: arbusto típico de esta formación boscosa tan cer­cana a la playa, donde tiene su habitat una especie protegida: el camaleón Chamaleon chamaleo.

Junto con la retama nos encontramos con otras especies vegetales como: el junco Juncus effusus que podemos observar en formaciones cir­culares como si de grandes charcos se tratara, el ajoporro Allium rotundum, la chumbera Opuntia ficus-indica, la cola de liebre Lagurus ovatus, la cebadilla del campo Hordeun murimum, el quebrantapiedras Paronychia argéntea.

Recorrido un buen tramo, llegaremos al segun­do área recreativa del reco­rrido: la playa del Hoyo, don­de podemos encontrar fuen­tes de agua, merenderos y diversos accesos hacia la pla­ya con paneles interpreta­tivos colocados para contri­buir a la conservación del entorno así como para acercar al hombre a la na­turaleza.

El edificio en forma de faro que podemos ver justo en el acceso a la playa se utiliza para controlar el emisario submarino que se encuentra varios kilómetros mar adentro.

Es importante que observemos la adapta­ción que soporta la flora de este ecosistema, ante elementos como el vien­to, el suelo arenoso, la gran cantidad de horas de sol, y es que, sólo con alzar nuestra vista pode­mos ver pinos y retamas inclinados y casi quema­dos por la acción de la brisa marina. Durante todo el recorrido nos va a acompa­ñar un continuo y variado trinar provocado por la diversa avifauna de este bosque litoral. As/es que podremos observar en su continuo ir y venir de un árbol a otro. Entre estas aves podemos encontrar: el mirlo Turdus merula, la abubilla Upapa epops, el rabilargo Cyanopica Cyanus, el jilguero Carduelis carduelis, etc.

Continuando nuestro camino, llegamos al ter­cer área recreativa: la playa de la "Casita Azul". A partir de aquí podemos observar una formación de eucaliptos Eucalyptus Sp. que se va ex­tender unos kilómetros hacia levante.

Al final del camino de hormigón encontramos uno de los accesos a playa, construido con la doble finalidad de: facilitar nuestro caminar y para que nuestra incursión no afecte demasiado al ecosistema, sobre todo al sistema dunar.

Al cruzar el acceso nos llama la atención que el sistema dunar se encuentre vallado y con unos elementos que no asociamos de forma natural a este sistema. Esto es debido a la regeneración a la que se está sometiendo el sistema dunar de este área.

Las dunas son montículos de arena que se forman, principalmente, gracias a la acción del viento, y que caracterizan la mayor parte de las playas de nuestro litoral.

Una vez en la playa, giraremos hacia la derecha (poniente) para continuar nuestra senda.

Las dunas que observaremos durante todo el recorrido son el habitat de cierta variedad de flora y fauna muy bien adaptada a las condiciones adversas del medio.

Entre las plantas encon­tramos: el borrón Ammophila arenaria, la silene Silene nicaeensis, la oruga de mar Cakile marítima, la lechetreza Euphorbia paralias, cardo borriquero Eryngium mariti-mun, lotus plateado Lotus creticus, la castañuela Cyperus capitatus, etc

A medida que vamos avanzando podemos ob­servar una extensa alfombra de conchas que ti­fien de distintos colores toda la playa. Entre las que podemos encontrar: concha de peregrino Pectén maximus, zamburiñas Clamys varia, almen­dra de mar Glicimeris glicimeris, chirla Chamaelea gallina, coquina bonax trunculus, etc.

Tanto en la playa como en las dunas pode­mos observar cierta variedad de aves, algunas, correteando por la orilla como los correlimos Caladris sp., las gaviotas Larus sp., los charranes Sterna sp., e incluso algún que otro gorrión Passer domesticus.

Mirando hacia la línea de la puesta de sol, veremos el espigón de Isla Cristina que permite a los barcos pesqueros entrar y salir a puerto.

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