Cruces de Mayo (Berrocal)

Candidato a "maravilla de Huelva"
Categoría:FOLKLORE Y TRADICIONES

LAS CRUCES DE MAYO DE BERROCAL

Se celebra el primer fin de semana de Mayo, es el principal motivo turístico y cultural de la localidad.

La principal atracción que sucede en las fiestas es la rivalidad o pique que existe entre la cruz de arriba y la cruz de abajo, rivalidad que ya se presentaba en los siglos XV-XVI.

La fiesta consiste fundamentalmente en una celebración de ritos paganos y católicos.

Los vecinos de la localidad preparan sus casas ya meses antes preparan los productos típicos de Berrocal para a posterior obsequiar a familiares y amigos invitados a la fiesta por excelencia en Berrocal. Las 2 Hermandades empiezan a preparar y a buscar sus mejores bestias para ponerles los jatos o monturas y aparejos enjaezados con bordes y filigranas de origen árabe con que vestirlas. También se decoran las cruces en las que se involucran los vecinos y ponen todo su empeño en los preparativos.

Se trata, en definitiva de hacerlo mejor y más bonito que la del rival. El concepto de 'pique', que a lo sumo son pequeños roces entre vecinos, forma parte de la gracia que los berrocaleños dan a la festividad, jugando un papel trascendental en el mantenimiento de las fiestas.

El afán de superación se hace patente año tras año y desemboca en un mayor atractivo y emoción para todos los participantes del acontecimiento.

Descripción

El primer día Viernes es el de San Felipe donde se acude a la corta del romero para ofrecerlos a las cruces al día siguiente donde se acompaña con las típicas coplas de pique.

El segundo día Sábado es el día del romero, donde las mejores bestias mulos o mulas, enjaezados y arreglados, con los aparejos bordados en oro y el rabo engalanado van al campo donde le cargan el romero. A continuación, los mozos de la bandera, con los estandartes de las Hermandades, salen de sus casas procecionando hacia el lugar donde se encuentran los animales esperando para la clavada de la bandera en lo alto de los haces de romero. Luego se vuelve hasta la ermita entre vítores y brazos en alto y se produce la desclava de la bandera. Se procede a la ofrenda y se lleva a cabo el traslado de la Santa Cruz hasta la iglesia. Los visitantes que se congregan ese día , asisten perplejos y entusiastas a una devoción que, entre vivas llenos de fervor y al son del romerito, componen coplas que reflejan el pique entre ambas Hermandades.

Se llega al domingo el día solemne de la Cruz, donde se producen diversos actos religiosos cloncluyendo en procesión por todo el pueblo, con el lucimiento de las mozas de la fiesta, que se han preparado ese inmemorable día con lujosos trajes de ceremonia, se procede a devolver el Símbolo a su ermita.

El momento de la recogida es uno de los más trascendentes, cuando los berrocaleños, hermanados en cada Cruz, con emoción, no cesan de lanzar Vivas hasta su recogida final. Así, cada Hermandad, que ha respetado escrupulosamente su sector y horario, vuelve a sus salones a festejar el éxito obtenido.

Pero, todavía, para los berrocaleños la fiesta no ha terminado, porque en el lunes el día del lobo, se come carne, aunque ya el martes, el día de la zorra, sólo quedan habas enzapatá.