Ermita de Nuestra Señora de la Blanca (Villablanca)

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Historia

La Ermita de Nuestra Señora de la Blanca de Villablanca fue construida por los Marqueses de Ayamonte, ya que ellos estaban a cargo de todo el marquesado: término de Ayamonte, Lepe, etc. El pueblo se fue construyendo después, en el siglo XVI. Por eso los cultos y todo lo relacionado con la Iglesia se celebraban en la ermita. La Parroquia del pueblo se construyó posteriormente ya que el pueblo, llamado primero Puebla de Santa María de la Blanca se fundó unos dos siglos después.

Según la tradición, la Virgen se le apareció a un pastor de Lepe que guardaba su ganado por estos campos. La imagen tenía forma de paloma de color blanco, de ahí el nombre de Virgen de la Blanca. La paloma se posaba sobre un olivo, y fue encima de este olivo donde se encuentra el lugar más importante de la ermita: el camarín de la Virgen.

Arquitectura

La ermita de Nuestra Señora de la Blanca data de finales del siglo XIV, de estilo mudéjar, como lo atestiguan sus arcos ojivales.

Aunque la ermita tiene sus orígenes en el siglo XIV, ha recibido muchas aportaciones posteriores. Al principio solo tenía una nave central y unos pórticos laterales, de los que quedan como vestigios arcos de ladrillos, en los muros más tarde encalados. Posteriormente, estos pórticos se convirtieron en muros laterales. La última reconstrucción fue en 1999.

Culto

La imagen de la Virgen de la Blanca ha sido venerada en esta ermita a lo largo de los siglos, y en su honor, desde muy antiguo, se celebra su fiesta como Patrona de Villablanca. La fecha de esta fiesta ha ido cambiando: el 8 de septiembre, el último domingo del mismo mes y actualmente, el último domingo de agosto.

Existe una danza del mismo siglo que la Virgen que nació para rendirle culto, denominada Danza de la Virgen.

La devoción a la Santísima Virgen de la Blanca se ha extendido, desde su origen, a los pueblos vecinos, ya que al estar levantada la ermita sobre un monte, se divisa desde lejos, sobre todo desde el mar. Los marineros de Ayamonte, Lepe e Isla Cristina han venerado mucho a Nuestra Señora de la Blanca, cuya ermita veían desde alta mar, en el promontorio llamado por ellos "Cabezo de la Blanca", y ofrecián a la Virgen barquitos como exvotos por las gracias recibidas de ella.

En esta ermita se encuentra una lápida, la cual indica el lugar en el que está enterrado el que fuera cura párroco de esta villa, don Manuel de Orta Rubio, fallecido en 1870. Era tío bisabuelo del actual presidente de la Hermandad.

Localización

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